Se ha encontrado un lugar donde el cuerpo se ha roto para expandirse, en el que el órgano se ha caído y se ha resignificado como ser individual. Es un espacio de músculo, un ecosistema que descubre la simbiosis tras el impacto. En éste se forman huecos y protuberancias que evocan la imagen del cuerpo desde su interior. En él, las heridas dejan de sanar como costra para hacerlo en forma de nácar, y los órganos mutan su piel como las conchas. Es el hogar de los fantasmas, un entorno de adaptación y descanso.
umbiosis caduca (2023) es un proyecto de investigación que explora el cuerpo desde su expansión y su caducidad. En él, la artista cuestiona la funcionalidad, o lo que en la actualidad entendemos como tal, pensando el cuerpo más allá de sus límites establecidos e imaginando la posible creación y pérdida de órganos disfuncionales. A través de la especulación, se propone una nueva concepción del órgano mientras se desarrolla la idea del progreso como algo fallido ante la necesidad de una mejora humana.​​​​​​​
La propuesta instalativa está formada por una serie de esculturas de arcilla de secado al aire policromadas que encuentran en el espacio expositivo un lugar de comodidad y adaptación. Estas piezas, que se conciben como órganos disfuncionales, surgen de la búsqueda de varios conceptos, como el hueco, el vacío o el pliegue, en el propio cuerpo. 
Este proyecto formó parte de la exposición colectiva Umbral·L Stôre (2023) en la galería Pradiauto y se volvió a revisitar en la exposición Órgano Huérfano (2024) en la galería i23 de Madrid.
© Sara Muñoz
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